¡Hola! Hace un par de semanas que no subo ninguna entrada, ya que han sido mis últimas semanas en Berlín y las quería disfrutar, pero a partir de ahora, cada semana tendréis una o dos entradas nuevas en el blog.
Hoy os voy a contar el crucero por el Báltico al que fui con mi amiga C y dos amigas inglesas que conocí en Bremen. De nuevo, un viaje con muchísimas anécdotas que contar.
Todo empezó porque una de mis amigas inglesas nos comentó en clase que estaba pensando en ir a este crucero. Las ciudades que visitaríamos eran Tallín, Helsinki, Estocolmo y St Petersburgo. La verdad que nos llamó muchísimo la atención y decidimos cogerlo.
La organización con la que nos fuimos se llama pm2am y es una empresa que organiza viajes para estudiantes, pero sobre todo, gente Erasmus. El viaje nos costó 290 euros. Eso nos incluyó 7 noches de viaje (5 en el barco y 2 en el bus), el visado ruso y algunos tours por las ciudades a las que fuimos. No fue tan barato como de normal, pero el precio nos pareció justo para el trayecto. Además, ¡era un crucero con 400 erasmus!, ¿cómo no íbamos a ir?
Ahora, os recomiendo el crucero 100%, pero no la organización. Muchísimas horas de bus (desde Hamburgo a Estocolmo fueron 16h…), de espera en los puertos y los tours muy poco profesionales. Así que, mi consejo es que, si queréis visitar estas ciudades con este crucero y además con estudiantes, lo que debéis hacer es ir a la página de Facebook de pm2am, mirar las fechas en las que se van al crucero y cogerlo por tu cuenta. El trayecto a Estocolmo desde Alemania en avión es siempre muy barato y el camarote para 4 personas en el mismo barco en el que fuimos costó 80 euros por persona para 5 noches. El barco del crucero es St. Peters Line. Sí, es un poco hacer trampa, pero de verdad que con la organización estuve muy descontenta.
Pero bueno, dejamos de lado la organización, y el viaje ¡fue impresionante! El crucero una pasada. A ver, quizás es que yo esté acostumbrada a lo cutre, pero a mi me pareció genial. Muchísimos restaurantes, un karaoke, un casino, 3 discotecas, 4 bares y espectáculos por la noche. Además, muchísima gente joven viajando sola o en pequeños grupos. Es increíble el número de personas que conocimos en tan poco tiempo.
La rutina fue despertarnos a las 7 por las mañana, visitar la ciudad haciendo el free tour, comer en algún sitio típico, visitar algunos extras de la ciudad y volver al barco para prepararnos para la noche. Sinceramente, no sé cómo aguantamos tantas noches sin dormir. Pero creo que no he sonreído más en mi vida… Me encantaría volver a las noches de cocktails.
En cuanto a las ciudades que visitamos solo puedo dar una pequeña opinión, ya que solo estuvimos 1 día o 2 en cada sitio y no tuvimos tiempo de experimentarlas como toca. Aún así, nos hizo sol todos los días y eso nos encantó.
- Tallin me gustó mucho, aunque un poco pequeña a mi parecer. Me encantaría volver pronto para poder disfrutarla un poco más.
- St Petersburgo fue impresionante. Me encantó la gente en la calle y las maravillas arquitectónicas. Me sorprendió porque no tenía muy claro cómo imaginármela. La comida fue buenísima y muy barata. Hicimos el free tour y todo muy profesional. Fue la primera vez en mucho tiempo que salía de la “típica” ciudad europea y debo reconocer que me sentí “extranjera”, ya que normalmente cuando viajo por Europa me siento como en casa. Me gustaría haberme quedado más tiempo ahí para poder descubrir más sobre ese sentiemiento, así que tengo pendiente volver.
- Helsinki no me gustó nada. Creo que es la primera ciudad a la que voy que no me transmite ningún tipo de sentimiento. Todo era muy blanco o gris y todos los monumentos separados. Lo único que me gustó fue que cogimos un ferry a Suommenlina, una isla muy verde cerca de Helsinki con pequeñas cafeterías y restos de murallas.
- Estocolmo era la segunda vez que iba. Como conté en un post anterior, Estocolmo no fue una ciudad que me gustó muchísimo, pero esta vez que volví en mayo y con sol, me encantó. Fue preciosa. Muchos bares, gente, helados, etc. Tengo pendiente volver pronto.
Y creo que esto es todo lo que contar de este viaje. Os animo a probar un crucero de estudiantes porque aunque no te de tiempo a conocer las ciudades como es debido, puedes hacerte una idea de las que más te gustan para poder volver. Además, la gente que conoces y que comparte estas aventuras contigo, se quedará ahí para toda la vida.
Con cariño,
Irene.
¿Qué os ha parecido este post? ¿Queréis más información sobre los cruceros y otras organizaciones?
¿Que eso es todo lo que hay que contar?! Yo creo que hay más… jjijijijijiji